viernes, 10 de octubre de 2014

Rest in peace

La historia de Madona, merece ser contada, porque por encima de todo, fue un ser vivo que habitó la tierra, respiró cada bocanda de aire que pudo y recorrió hasta donde su ser y sus patitas se lo permitieron.


Después de estar en compañía de mi perrita por casi la mitad de mi vida, o sea 14 años y 7 meses, mi Madona, Mado, Chupi, Chupita, etc, se ha ido al cielo. Fiel creyente de que todos los perros van al cielo, me la imagino corriendo con sus cuatro patitas, como siempre debió ser. Y digo "debió ser" porque un poco más allá de la mitad de su vida sufrió un accidente al yo estar de viaje y se le quebró su patita, al regresar una semana más tarde aún se encontraba entablillada y decidí operarla para ver si su patita podía ser pegada de nuevo.

Tras una dolorosa operación y meses de supuesta recuperación, al finalizar el tiempo estipulado su pata no quedó bien (yo lo llamo negligencia veterinaria, entre otras cosas) y simplemente no tuve el corazón y desafortunadamente ni el dinero para volverla a operar. 



Decidí que se quedara sin la movilidad de su patita y le quedo como trapo, el cuál hacía una serie de ochos dibujados en el aire al andar. Aún así ella siempre demostró grandes e inmensas ganas de vivir, era una perrita muy fuerte y desde luego traviesa hasta el final de sus dias.



Ella era literalmente una "chucha", como decimos por acá, siempre andaba hambrienta... pero no de concentrado, sino que de cualquier otra cosa que viera comer a la gente. En cualquier oportunidad que tenía asaltaba los botes de basura, las papayas dejadas descuidadamente por ahí o simplemente devoraba algún plato recién servido convenientemente a su altura.




A Madona no le gustaba que le tomaran fotos, me volteaba la cara cada vez que me veía con un aparato llamándola para que me viera. NO era rosada como pareciera ser en la foto anterior, pero si varias veces pasó por otros colores más bien achocolatados cuando se escapaba de la casa y se iba a vagar por ahí.




De vez en cuando me daba unas miradas matadoras y así mismo lo hizo la última noche que estuvo conmigo. No sé si me recriminaba el hecho de tomarle tantas fotos, pero esa era una mirada característica que siempre recordaré. Al final de sus días estuvo siempre dispuesta a aprovechar cualquier especialidad de comida extra y humana que le diéramos, estuvo como nunca, super bien portada ya que nos esperaba para ir al "baño" y durante su último día lúcida nos indicó que había un pequeño ratón en una de las cajas de mudanza que teníamos luego de recién cambiarnos de casa.


En esta última foto, ella corre con todo y patita aguada, tal y como lo hacía antes de sufrir el accidente. Es así como me la imagino ahora corriendo y saltando como venadita. 
Mi hermosa perrita...al fin corre libremente y sin tropiezo.

¡¡Adiós Chupiiiiiiiiii!!
¡¡Adiós Mado!!

Hasta pronto...

Madona
FEB 2000- 28 SEP 2014