Cuánta cosa se nos torna difícil...ya dejo a un lado lo difícil que es dormir, comer y bañarme y paso a lo difícil que es ver y oír llorar a tu bebe cuando le tocan sus vacunas. ¡Qué sufrimiento!
Lo único que te hace permitirlo es que "es para su bien".
Todo está bien cuando estás esperando el turno de tu bebé, luego pasas lo pesan, lo miden y luego la vacuna que es tomada, todo bien. El primer pinchazo, mmm llora pero se calma rápidamente. El segundo, eso ya no es posible verlo sin sentir deseos de agarrarlo y salir corriendo, "¿por qué otro, no vieron que me dolió el anterior?"...mira hacia atrás... "¿quién es esa señorita que me pinchó?"...ya viene de regreso "¿acaso piensa hacerlo de nuevo?" Y va de nuevo...LLANTO TOTAL
Le di de mamar y por si acaso algo para el dolor...durmió como 3 o 4 horas y luego empezó a llorar y llorar, cosa que nunca había hecho. Se quejaba aún mamando mi pobrecito y luego fiebre y más llanto. Al otro día ya amaneció mucho mejor, sólo un poquito de calentura pero ya no llanto desconsolado.
Las próximas son las de cuatro meses y ¡no quiero ir!
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